Mustaine es un Dios
Sabía que no podía fallar. Entendía perfectamente la devoción que genera Megadeth en los chascones chilenos, así como era yo en el pasado. Por lo mismo, el concierto -que podría ser el último de la banda de Dave Mustaine- fue un complemento de vacilones, recuerdos de juventud y poner oreja a la técnica que usa Mustaine y compañía. Fue increible ver el Court Central repleto. Pero repleto, no cabía nadie y afuera -eso lo supe al otro día leyendo la prensa- quinientos giles desesperados que atinaron tarde a comprar la entrada cuando ya estaban agotadas. Recuerdos, la niñez, la juventud y la madurez. Por qué no puedo ser rockero si tengo más de treinta. Siempre me lo pregunto e incluso me lo cuestiono. Prefiero ser un viejo rockanrolero que un viejo amargado, que nunca dejó fluir sus sentimientos musicales. Y había de todo y muchos de la vieja escuela. Más guatones, pelados, con corvata, maletín y hasta con niños y niñas. Sí, que daría por que Daniela, mi dulce e ingeniosa hija, compartie