Toto IV: Simplemente música

A 40 años de su publicación, repasamos algunos detalles del clásico registro de 1982.

Como si fuera ayer, el 24 de abril de 1982, marca la fecha de salida de este disco, el cuarto registro en la discografía de Toto, aquel que los consolidó en definitiva como banda y les señaló el camino a seguir en décadas posteriores.

Rápidamente IV se ubicó entre los grandes lanzamientos de comienzos de los ’80. Un año antes había sido The Police con Ghost in the Machine, y al año siguiente sería nada menos que Michael Jackson y Thriller, donde cuatro miembros de Toto figuran en los créditos del álbum. También en un abrir y cerrar de ojos, lograría obtener el Grammy al álbum del año, la certificación de Triple Platino y permanecería 82 semanas en el Billboard, situándose en el Top 4.

Pero el relato se inicia 6 años antes. Fue en 1976 que la banda emprende vuelo y en 1978 llega el debut homónimo que los ubicó en el radar de algunas influyentes estaciones de radio en su natal Los Angeles y de Columbia Records. La primera etapa del plan se había consumado.

Tímidamente Toto comenzaba a hacerse notar y la primera señal de que las cosas iban bien es Hydra, la segunda entrega de 1979. Steve Lukather, Jeff Porcaro, Bobby Kimball, David Paich, David Hungate y Steve Porcaro, todos reputados músicos de sesión del circuito angelino, habían compartido estudio gracias a Steely Dan, dúo conformado por Walter Becker y Donald Fagen, que sirvió de primera escuela para Toto. El talento y el fiato estaban, lo demás era trabajo y buenas ideas.

Vinieron las giras por Estados Unidos y Japón y el discreto Turn Back, su tercer disco. Toto comenzaba a hacerse de una fiel legión de seguidores y su música a sonar insistentemente en las estaciones de radio. Hold the Line, Georgy Porgy, I’ll supply the love, 99, St. George and the Dragon y All us Boys daban cuenta del naciente fenómeno con un extraño nombre que, según cuentan sus propios integrantes, sirvió para identificar el máster en el momento del debut y así no confundirlo con otros en el estudio.

Lo más grande estaba por venir

Y así fue. En IV aparecieron todos los elementos artísticos que definen a Toto. Composiciones impecables que retratan el talento y calidad de sus músicos y un nivel superlativo de producción para un disco que entró directo al circuito de los clásicos ochenteros. Rosanna, Africa, Make Believe, Lovers in the night, Afraid of love o I won´t hold you back. En realidad, no enumerar todas las canciones de IV es un acto de injusticia. ¿Habrá algún punto débil en esta cuarta entrega? Dependerá del gusto personal.

Respecto a las sesiones de grabación, el laboratorio donde se creó IV se dividió entre los Sunset Sound y los Record One de Los Angeles. Ahí, durante el último trimestre de 1981 y enero y febrero de 1982, Toto dio vida a su aclamado álbum IV. El desglose de la participación, músico por músicos, dirá lo siguiente: David Paich armó la mayoría de las capas de teclados y arreglos orquestales, cantó e hizo coros en todas las canciones; Steve Lukather se encargó de todas las guitarras, fue voz principal en tres temas, hizo coros y hasta tocó el piano en un corte; Jeff Porcaro fue el hombre de la batería y la percusión; su hermano Steve inmortalizó más teclados y puso la voz en It’s a feeling; David Hungate aportó con todos los bajos; y Bobby Kimball registró coros en todas las canciones y fue voz principal en cinco de ellas.

Más data técnica. Los arreglos de cuerda se mezclaron en Abbey Road y algunas tomas adicionales se registraron en Hogg Manor, el estudio casero de David Paich. Todo lo anterior complementado con un extenso listado de músicos invitados.

Chile recibió la edición de IV con los brazos abiertos. Toto era una banda conocida gracias a la Frecuencia Modulada, Magnetoscopio Musical y las disquerías de moda por esos años. Hold the Line, 99, St. George and the Dragon y ahora Rosanna y Africa eran habituales de la programación y tiendas como Fusión, Feria del Disco, Colt 70 y Circus tenían en su catálogo lo último de la banda californiana.

A la par, el sonido AOR (Adult Orient Rock) ganaba adeptos en nuestro país. Si bandas contemporáneas como Journey o Foreigner representaban el rock de grandes arenas y un sonido más rockero respectivamente, Toto equivalía al rigor del trabajo de estudio. No es casualidad que entre todos sus integrantes sumen más de cinco mil grabaciones para distintos artistas y todos con millonarias ventas. Solo Jeff Porcaro tiene a su haber más de mil producciones donde anota su participación.

A 40 años de su aparición, IV mantiene la frescura de antaño, la banda continúa trazando su camino y retomando las giras post pandemia.

Una sugerencia, si nunca has escuchado esta cuarta producción de Toto, y aunque suene contradictorio, parte por Africa, su última canción. Comprenderás por qué se trata de uno de los temas más reproducidos en la historia de la música popular del último medio siglo y por qué el 95 por ciento de la población mundial ha escuchado alguna vez una canción de uno de sus integrantes, ya sea con la banda o en colaboración para otro artista.

Eso retrata perfectamente la filosofía y el trabajo profesional de Toto, un camino construido en base al talento de sus miembros y a la tolerancia frente a la crítica, en ciertos casos despiadada y con pocos argumentos, a través de su historia. A menudo, la banda reflexiona en su sitio web acerca de distintos temas y ahora en particular sobre las cuatro décadas de IV.

“Puede que algunos no nos hayan entendido al principio, pero tras 40 años, hemos sobrevivido a muchas publicaciones responsables de las primeras críticas realizadas por comentaristas equivocados; sí 40 millones de veces, 40 millones de ventas de álbumes, giras sin fin y algunos premios Grammy dan la medida”.     

Aclaración: Esta columna se escribió originalmente, con pequeñas variaciones, para el sitio de la tienda virtual de música Dreams on Vinyl https://dovinilos.cl/

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